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Recuerdo que en los años 80, para nuestras madres, no había nada más deseado y aspiracional que tener abrigo de piel de Visón, siempre me pregunté como harían para arrancarle la piel a esos pobres animales y hacerlos abrigo, mi madre me decía en aquel entonces que no pensara en esas cosas raras porque los animales no sufrían, Curro, “los animales no tienen sentimientos no sufren, comete las lentejas”.

 

Años más tarde PETA lanzaba sangre a las modelos de un desfile de este tipo de prendas y el mundo empezó a hacerse preguntas. Hoy en día no hay nada más uncool que llevar un autentico abrigo de piel de Visón. Lo mismo pasó con los toros de lidia, lo mismo pasó con los safaris-cacería en África. Lo mismo pasa con la ganadería intensiva, con las pajitas del Mezcal Margarita que se atrancan en la nariz de la tortugas en Ecuador. Hoy no hay nada mas uncool que maltratar a un animal.

 

El tiempo al final corrige, la dependencia de los combustibles fósiles, los carburantes, los plásticos, los aviones. Hace pocos meses volar en jet privado era lo más cool, hasta que  Joaquin Phoenix en su discurso de los globos de oro, crucificó a esta industria al decir que los actores deberían aplicarse el cuento y dejar de usar este tipo de transporte mega - contaminante para irse de finde a Palm Springs (a tres horas en coche de Los Angeles).

 

Curiosamente no hemos visto ningún jet privado en los post de instagram de nuestras queridas celebrities ya sea Kanye, Travis Scott, Maluma, ni nuestra planetaria Rosalía. Volar en jet privado hoy, ya es uncool. Como lo fueron los abrigos de pieles las corridas de toros y los cuernos de elefante africano en el Salón. El mundo va corrigiendo los sin sentidos del pasado. La furia capitalista llega al absurdo más extremo cuando consigue que nos de vergüenza postear que donamos 1000 dólares a Unicef. (donar se tiene que hace en secreto, es uncool decir que uno ayuda, eso, se lo guarda uno para uno mismo) Pero si permite y celebra que publiquemos que nos hemos comprado un bolso Louise Vuitton de 1000 dólares. Es un sin sentido que el mundo más tarde o más temprano irá corrigiendo.

 

Las marcas de Superlujo serán el nuevo Uncool, iconos que sirven para separarnos más que para unirnos. En la era de Greta Thundberg poco queda para que lucir el pattern de Louis Vuitton, Chanel o Dior signifique  lo mismo que publicar orgulloso un selfie con un rinoceronte recién cazado en las llanuras de Mombassa.

 

Marcados es una reflexión visual sobre este fenómeno que llegará tarde o temprano. Nuestros personajes se encuentran solos, vulnerables, estigmatizados y de alguna manera marcados por lo que un día fueron y ya no son. Como lo fueron las ultimas madres que vistieron abrigos de visón. Los últimos cazadores de elefantes en Kenia, los últimos usuarios de jets privados Los Angeles. Los últimos toreros, los últimos  nuevos Uncool.

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